Sinópsis de: Castells, M. La Sociedad Red. Alianza. 1995

Tema 3. Cap. 3. El proceso de trabajo en la economía informacional.

(nota metodológica. Usar los enlaces para navegar ampliando el conocimiento de la materia expuesta y utilizando el cuestionario para comentar los lugares de interés a este efecto)

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El proceso de trabajo en la economía informacional

La maduración de la Revolución de la tecnología de la información en la década de 1990 ha transformado el proceso de trabajo con la introducción de nuevas formas sociales y técnicas de división del trabajo. La maquinaria basada en la microelectrónica necesitó toda la década de 1980 para penetrar plenamente en la fabricación y sólo en la de 1990 los ordenadores interconectados se han difundido ampliamente por todas las actividades de procesamiento de la información, que son el núcleo del denominado sector servicios. A mediados de los años noventa, el nuevo paradigma informacional asociado con el surgimiento de la empresa red ya está bien situado y listo para desarrollarse.

Tecnología y organización.

La tecnología no es causa de los distintos métodos de la organización del trabajo. Las decisiones de la dirección, los sistemas de relaciones industriales, los entornos culturales e institucionales y las políticas del gobierno son unas fuentes tan fundamentales de las prácticas laborales y la organización de la producción, que el efecto de la tecnología sólo puede comprenderse en una interacción compleja dentro del sistema social que abarca todos estos elementos.

Reestructuración capitalista

El proceso de reestructuración capitalista marcó decisivamente las formas y resultados de la introducción de las tecnologías de la información en el proceso de trabajo. Los medios y modos de esta reestructuración también fueron diversos y dependieron de las capacidades tecnológicas de los países, de su política cultural y de las tradiciones laborales.

Procesos complejos de formación

El nuevo paradigma informacional del trabajo y la mano de obra no es un modelo claro, sino un conjunto de retazos desordenados, unidos por la interacción histórica del cambio tecnológico, las políticas de relaciones industriales y la acción social conflictiva. Para buscar pautas de regularidad más allá de esta causación social para deconstruir primero y luego reconstruir el modelo que surge del trabajo, los trabajadores y las organizaciones laborales que caracterizan a la nueva sociedad informacional.

Mecanización y automatización

Primero la mecanización y luego la automatización han venido transformano el trabajo humano durante décadas, siempre desencadenando debates similares en torno a los temas del desplazamiento de trabajadores, descualificación frente a recualificación, productividad frente a alienación, control administrativo frente a autonomía laboral.

La automatización, que recibe su significación plena sólo con el desarrollo de la tecnología de la información, aumenta de forma espectacular la importancia del cerebero humano en el proceso de trabajo. Aunque como sostuvo Braverman, se ha utilizado la maquinaria automatizada y luego los ordenadores para transformar a los trabajadores en robots de segunda clase, no es el corolario de la tecnología, sino el de una organización social de trabajo que ahogó (y aún ahoga) la utilización de la plena capacidad productiva generada por las nuevas tecnologías.

Trabajadores en red

A pesar de los formidables obstáculos que suponen la gestión autoritaria y el capitalismo explotador, las tecnologías de la información demandan una mayor libertad para que los trabajadores mejor informados realicen plenamente todo su potencial de productividad. El trabajador en red es el agente necesario de la empresa red que las nuevas tecnologías de la información han hecho posible.

Incorporación desarrollos tecno. 90´s

En la década de 1990, varios factores aceleraron la transformación del proceso de trabajo: la tecnología informática y sus aplicaciones, que progresa a saltos cuánticos, se hizo cada vez más barata y mejor, con lo que fue asequible y utilizable a gran escala; la competencia global desencadenó una carrera tecnológica/ejecutiva entre compañías de todo el mundo; las organizaciones evolucionaron y adoptaron nuevas formas que por lo general se basaron en la flexibilidad y la interconexión; los ejecutivos y sus consultores comprendieron al fin el potencial de las nueva tecnología y cómo utilizarla, aunque con mayor frecuencia que lo contrario restringieron ese potencial a los límites del antiguo conjunto de metas organizativas.

Incremento trabajo directo

La amplia difusión de las tecnologías de la información ha ocasionado efectos bastantes similares en fábricas, oficinas y organizaciones de servicios. Estos efectos no son, como se había previsto, el cambio hacia el trabajo indirecto a expensas del directo, que se automatizaría. Por el contrario, el papel del trabajo directo ha aumentado porque la tecnología de la información ha otorgado poder al trabajador directo de los talleres. Lo que tiende a desaparecer mediante la automatización integral son las tareas repetitivas de rutina, que pueden precodificarse y programarse para su ejecución por máquinas. Es la cadena de montaje taylorista la que se convierte en una reliquia histórica (aunque es la dura realidad para millones de trabajadores del mundo industrializado)

Las tecnologías de la información hacen precisamente ésto: reemplazar el trabajo que puede codificarse en una secuencia programable y realzara el trabajo que requiere análisis, decisión y capacidad de reprogramación instantanea, en un grado en el que sólo el cerebro humano puede dominar. Todo el resto de las actividades, dada la velocidad extraordinaria de progreso en la tecnología de la información y su descenso constante de precio por unidad de información, son potencialmente susceptibles de automatización y, por tanto, el trabajo que impliquen es prescindible (aunque los trabajadores como tales no lo sean, dependiendo de su organización social y capacidad política)

Valor añadido

El valor añadido se genera sobre todo por la innovación, tanto del proceso como de los productos. Los nuevos diseños de chips y la redacción del nuevo software condicionan en buena medida el destino de la industria electrónica. La invención de los nuevos productos financieros están en la base del auge (si bien arriesgado) de los servicios financieros y de la prosperidad (o derrumbamiento) de las empresas y de sus clientes.

Potencial de investigación y capacidad de especificación

El nuevo conocimiento ha de descubrirse y luego aplicarse a propósitos específicos en un contexto organizativo/institucional determinado. En los años noventa, el diseño a medida es fundamental para la microelectrónica; la reacción inmediata a los cambios macroeconómicos resulta crucial en la gestión de los productos financieros volátiles creados en el mercado global.

Adaptación y retroalimentación

La ejecución de tareas es más eficiente cuando es capaz de adaptar instrucciones de mayor nivel a sus aplicaciones específicas y cuando puede generar efectos de retroalimentación en el sistema.

Organizaciones

La mayor parte de la actividad de producción se realiza en organizaciones. Puesto que los dos rasgos principales de la forma de organización predominante (la empresa red) son la adaptabilidad interna y la flexibilidad externa, los dos rasgos clave del proceso laboral serán la capacidad para generar una toma de decisiones estratégica y flexible, y la capacidad para lograr la integración organizativa entre todos los elementos del proceso de producción.

Tecnología "crítica"

La tecnología de la información se convierte en el ingrediente crítico del proceso de trabajo descrito porque:

- determina en buena medida la capacidad de innovación;

- posibilita la corrección de errores y la generación de efectos de retroalimentación en la ejecución;

- proporciona la infraestructura para la flexibilidad y adaptabilidad en toda la gestión del proceso de producción.

Dimensiones, nueva división del trabajo

Este proceso de producción específico introduce una nueva división del trabajo que caracteriza al paradigma informacional emergente. La nueva división del trabajo puede comprenderse mejor mediante la presentación de una tipología construida en torno a tres dimensiones.

La primera dimensión hace referencia a las tareas reales efectuadas en un proceso de trabajo determinado. La segunda dimensión atañe a la relación entre una organización determinada y su entorno, incluidas otras organizaciones. La tercera dimensión considera la relación entre los ejecutivos y los empleados de una organización o red determinada.

Castells denomina a la primera dimensión creación de valor, a la segunda creación de relaciones y a la tercera toma de de decisiones.

Creación de valor

Respecto a la creación de valor, en un proceso de producción organizado en torno a la tecnología de la información (ya sea producción de bienes o realización de servicios), pueden distinguirse, las siguientes tareas fundamentales y sus trabajadores correspondientes:

- toma de decisiones estratégicas y planificación, efectuada por los mandos,

- innovación en productos y procesos, a cargo de los investigadores,

- adaptación, presentación y selección del objetivo de la innovación, a cargo de los diseñadores,

- gestión de las relaciones entre la decisión, innovación, diseño y ejecución, teniendo en cuenta los medios de que dispone la organización para lograr las metas establecidas, a cargo de los integradores,

- ejecución de tareas bajo su iniciativa y entendimiento propios, efectuada por los operadores,

- ejecución de tareas auxiliares y preprogramadas que no se han automatizado o no pueden serlo, realizadas por quienes Castells llama "operados" (robots humanos)

Relaciones

La creación de valor ha de combinarse con otra que hace referencia a la necesidad y capacidad de cada tarea (y su realizador) de conectarse con otros trabajadores en tiempo real, ya sea dentro de la misma organización o en el sistema general de la empresa red. Según esta capacidad de relación, cabe distinguir entre tres posiciones fundamentales:

- los trabajadores en red, que establecen conexiones por su iniciativa y navegan por las rutas de la empresa red,

- los trabajadores en red, que están en línea, pero que no deciden cuándo, cómo, por qué o con quién,

- los trabajadores desconectados, atados a sus propias tareas específicas, definidas por instrucciones no interactivas y de un único sentido.

Toma de decisiones

En cuanto a la capacidad de aportación al proceso de toma de decisiones, podemos diferenciar a:

- los decisores, que toman la decisión como último recurso,

- los participantes, que toman parte en la toma de decisiones,

- los ejecutores, que sólo aplican las decisiones.