1. 3. La teoría de la Acción Comunicativa.
Al plantearnos describir el modelo de comunicación que
se establece a través de las páginas web personales
adoptamos como estructura clave la Teoría de la Acción
Comunicativa de Jürgen Habermas. En principio esta teoría
está basada en la relación comunicacional lingüística.
Esta composición estructural nos lleva a tomar como elemento
de referencia, estructuras de funcionamiento que no son iguales
con las que trabajamos en este contexto. No cabe duda por otra
parte que dicho constructo es un sólido baluarte desde
el que poder analizar procesos comunicativos desde su esencia.
La estructura conceptual de esta teoría en la parte en
la que desarrolla los mecanismos de Acción Comunicativa
se retrotrae a la explicación de otros tipos de acciones
sociales que se extraen de las relaciones entre actor y mundo.
Este esquema genealógico nos sirve para detallar los procesos
que hacen que en el seno del Ciberespacio se constituya un entorno
de Racionalidad Comunicativa fuertemente desarrollado.
Como nudo conductor para explicitar dicha racionalidad es necesario
remitirse al concepto de "entendimiento" que se alcanza
como un acuerdo racional entre actores donde se evalúan
las "pretensiones de validez" como representaciones
simbólicas del saber.
La "racionalidad comunicativa" se establece de esta
forma desde las distintas posibilidades de generar el discurso
y en las relaciones que a través de la "acción
comunicativa" los actores realizan con el mundo. Habermas
elige la teoría popperiana del "Tercer Mundo"
para explicitar las relaciones actor-mundo. Desde este punto comienza
a explicitar las implicaciones de los conceptos asociados a las
"pretensiones de validez" en la racionalidad.
Habermas detalla los elementos de la teoría del Mundo3
(REGUERA, IS. 1994: 15) de Popper como punto de partida para el
desarrollo de la propia de la "Acción Comunicativa".
De esta forma la primera se convierte en pilar de la segunda.
En la teoría popperiana se distinguen tres mundos o universos:
"el mundo de los objetos físicos o de los estados
físicos; en segundo lugar, el mundo de los estados de conciencia
o de los estados mentales o quizá de las disposiciones
comportamentales para la acción, y en tercer lugar, el
mundo de los contenidos objetivos de pensamiento, en especial
del pensamiento científico y del pensamiento poético
y de las obras de arte" (nota de Epistemología sin
sujeto cognoscente). Habermas resalta que Popper más adelante
hablé del "mundo de los productos de la mente humana"
con especial referencia al hecho de las relaciones que se establecen
de forma interna entre los productos simbólicos; y lo que
más interesa en este trabajo concreto, sobre aquellas que
aguardan ser descubiertas y desarrolladas por la mente humana
(HABERMAS, 112).
En la descripción de los elementos pertenecientes a cada
uno de los mundos mencionados se establecen formas específicas
para los mismos según pertenezcan a uno u otro. Son de
especial interés para Habermas los "objetos incorpóreos
del Mundo3" (unembodied objects), en particular, los contenidos
semánticos explícitos o implícitos (como
no encarnados), que son "una clara muestra de la independencia
propia del mundo del espíritu objetivo" (HABERMAS,
113). Esta independencia se manifiesta en el hecho de la problematización
de los productos de la mente humana para ella misma. Estos productos
se convierten en autónomos. Hecho, que se manifiesta además
en la producción desde este contexto de nuevos problemas
no buscados.
Es importante resaltar esta concepción de los "unembodied
objects" porque significa la independencia como trascendencia.
En este sentido las manifestaciones materiales de los objetos
de este mundo (libros, películas, esculturas, etc.) pueden
ser dejados atrás porque su existencia es precedente a
los mismos. Esta noción es muy coherente con la relación
de este concepto con la teoría de las ideas de Platón
y con la del espíritu objetivo Hegeliano, aunque con diferencias
decisivas. (Reguera, 1994:18 y 28)
Queda demostrado con el dinamismo de estos objetos del "Mundo3"
que siendo producción de los humanos, es autónomo
a los mismos. Podemos actuar sobre él pero no podemos dominarlo.
Este mundo ha crecido más allá del alcance de todos
los hombres juntos y éstos en cierto sentido, quedan englobados
por él, pues lo necesitan para relacionarse.
Siguiendo la teoría popperiana, tanto el primer mundo,
el segundo y el tercero, están todos en contacto. Este
contacto queda limitado en el hecho de que el primero y tercero
sólo interactúan a través del segundo. Se
quiere resaltar en este sentido la garantía que representa
la autonomía del "Tercer Mundo" en "el conocimiento
de cómo la intervención en los estados del mundo
objetivo vienen mediados por el descubrimiento de la lógica
específica de los nexos internos de sentido..." Se
inicia así un proceso de generación, extrañamiento,
penetración y apropiación de productos del espíritu
humano, al servicio del crecimiento del saber teórico y
de la ampliación de los saberes técnicos. El "Tercer
Mundo", se compone "esencialmente" de problemas,
teorías y de argumentos. (HABERMAS,115)
Desde esta descripción, Habermas argumenta como en la sociedad
los hombres tratan constantemente de orientarse en el mundo "cartografiándolo"
y coordinando los mapas resultantes. "La vida en una sociedad
inmanejablemente grande y cambiante no permite ni un proceso de
cartografía perfecto ni tampoco una completa coordinación
de los mapas. Esto significa que los miembros de la sociedad tienen
que estar aprendiendo constantemente algo sobre ella, ....Esta
propuesta ilumina, por un lado, la interesante conexión
que existe entre un concepto sociológico de acción
y las relaciones actor/mundo que ese concepto presupone."
(HABERMAS, 116)
Habermas para usar el concepto de mundo para una teoría
de la acción lo modifica en tres sentidos:
a. Sustituye el concepto ontológico de mundo por un concepto
de mundo que se plantea en términos de teoría de
la constitución de la experiencia y adopta la pareja conceptual
«mundo» y «mundo de la vida». La tradición
cultural compartida por una comunidad es la que forma el "mundo
de la vida" que los miembros individuales encuentran ya interpretado
en lo que atañe a su contenido. El "mundo de la vida"
constituye el trasfondo de la acción comunicativa. En este
sentido, la teoría popperiana del Mundo3, explica cómo
los contenidos semánticos de la cultura y los objetos simbólicos
pueden concebirse como algo en el mundo y distinguirse como objetos
de nivel superior, de los eventos físicos (observables)
y de los eventos mentales (vivenciables).
b. La necesidad de sustituir la versión cognostivista unilateral
del concepto de espíritu objetivo, superándola con
un concepto de saber cultural como diferenciado en distintas pretensiones
de validez.
c. Habermas mantiene que sólo el mundo objetivo se puede
entender como correlato de la totalidad de los enunciados verdaderos.
Son por otra parte, los tres mundos los que constituyen conjuntamente
el sistema de referencia que los participantes suponen en común
en los procesos de comunicación. "Con este sistema
de referencia los participantes determinan sobre qué es
posible en general entenderse." (HABERMAS, 121)
Habermas emplea la teoría del "Tercer Mundo"
de Popper para establecer los presupuestos ontológicos
sobre los que apoyar la explicitación de los conceptos
sociológicos de acción. Propone cuatro ideas básicas:
Concepto de "Acción teleológica". "El
actor realiza un fin o hace que se produzca el estado de cosas
deseado eligiendo en una situación dada, los medios más
congruentes, y aplicándolos de manera adecuada. El concepto
central es el de una decisión entre alternativas de acción,
enderezada a la realización de un propósito, dirigida
por máximas y apoyada en una interpretación de la
situación."
Este tipo de acción se amplía y transforma en "Acción
estratégica" al incluir las expectativas de decisiones
de otros agentes, en el cálculo del éxito. Este
segundo concepto lo asociamos en la clasificación que estamos
realizando al primero.
El concepto de "Acción regulada por normas" se
refiere a los miembros de un grupo social que orientan sus acciones
por valores comunes. Las normas expresan acuerdos existentes en
el grupo social. El concepto de "observancia de una norma"
implica el cumplimiento de expectativas generalizadas de comportamiento.
El concepto de "Acción dramatúrgica" hace
referencia a participantes en una interacción que constituyen
un público ante el cual se ponen a sí mismo en escena.
"En la acción dramatúrgica, los implicados
aprovechan esta circunstancia y gobiernan su interacción
regulando el recíproco acceso a la propia subjetividad,
la cual es siempre exclusiva de cada uno." El concepto central
es el de "autoescenificación", implicando éste
una estilización de la expresión de las propias
vivencias.
El último concepto y central en esta teoría es el
de "Acción comunicativa". Con éste se
refiere a la interacción de por lo menos dos actores capaces
de desarrollar un lenguaje y de acción que establecen una
relación interpersonal. En este contexto, los actores buscan
entenderse sobre una situación de acción para poder
así coordinar de común acuerdo sus planes de acción
y con ello sus acciones. El concepto central es "interpretación",
refiriéndose principalmente a la negociación de
definiciones de la situación. El lenguaje ocupa en este
esquema un lugar fundamental. (HABERMAS, 122-124)
En la "Acción comunicativa" (de ahora en adelante
AC) el entendimiento lingüístico aparece como un mecanismo
de coordinación de la acción. En el resto de acciones
el lenguaje sólo aparece en algunos de los aspectos que
éste ofrece, es en la AC donde aparece como un medio de
entendimiento en sí. "Qué el entendimiento
funcione como mecanismo coordinador de la acción sólo
puede significar que los participantes en la interacción
se ponen de acuerdo acerca de la validez que pretenden para sus
emisiones o manifestaciones, es decir, que reconocen intersubjetivamente
las "pretensiones de validez" con que se presentan unos
frente a otros". (HABERMAS, 143)
Estas pretensiones de validez se establecen como criterios de
VERDAD, RECTITUD y VERACIDAD.
a. Pretensión de Verdad. Enunciados verdaderos, en el sentido
de que todas las entidades enunciadas sean verdaderas.
b. Pretensión de Rectitud. Qué los actos de habla
sean correctos en relación con su contexto, siendo este
contexto consensuado. Esta pretensión trasladada al "mundo
social" exige que todas las relaciones sociales estén
legítimamente reguladas.
c. Se exige la coincidencia de las intenciones expresadas con
los pensamientos. Es en el terreno del "Mundo Subjetivo"
donde se deslindan las vivencias del hablante, en el que se exige
Veracidad en el sentido expresado.
Como iremos viendo a lo largo de este trabajo, existen ciertos
elementos de interacción social en el Ciberespacio, que
sobrepasan la capacidad explicativa de este esquema. La teoría
elegida nos sigue siendo muy útil en estos casos, ya que
el contraste que existe entre la "realidad" del Ciberespacio
y la de las relaciones "físicas" es más
relevante en la contemplación de los elementos que no pueden
explicarse con los sistemas de comunicación "clásicos".
Tampoco quisiera que se entendiese que elijo dicho sistema explicativo
con el afán de superarlo. Entiendo que el detalle en la
descripción de procesos de acción social en sus
distintas formas, así como la solidez de los conceptos
generados es para mí una garantía de que el referente
que adopto es una buena guía para el camino.
Emilio Sáez Soro © 2000